Desde el Carnaval de 2010, llevamos los grupos de Carnaval esperando cobrar los premios del concurso del Arroyo de la Miel.
Camino ya de dos años, han sido innumerables las promesas incumplidas, los vaivenes de uno a otro departamento y decenas las llamadas telefónicas pasándose la pelota unos a otros.
Lo cierto es que con lo que cuesta sacar un grupo adelante, que la gente tenga que poner dinero de sus bolsillos para hacer una fiesta que después los políticos usan para llenar sus agendas de saraos. Y encima que no cumplan con las bases y reglamentos que ellos mismos redactan.
Y que no tengan la decencia de dar alguna noticia, alguna llamada para informar. Con el cambio de gobierno, la excusa ahora es perfecta. Ya han asegurado que, aunque las facturas estén tramitadas, no van a hacer ningún pago hasta 2012. Y todavía no sabemos que estén ni tramitadas.
Los grupos, ahora, están planificando el próximo carnaval, y los fondos son imprescindibles. Y después querrán que haya fiesta. Ahora, que por nuestro orgullo carnavalero lo digo, ese dinero lo vamos a cobrar, que se enteren en el Arroyo de la Miel todos los anticarnavaleros.
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